Recopilar la trayectoria de mi paso por la Universidad del Sagrado Corazón ha sido una tarea ardua y una bofetada a mi responsabilidad. Me ha hecho comprender como no le di el interés ni la importancia que merecían esos primeros años de mi educación profesional. Tengo un portafolio desnutrido, falto de material sostenible y de impacto. La razón primordial de esto, desorganización. No logro reunir todos los trabajos que realicé y que sé fueron más que satisfactorios. Los reconocimientos cosechados están perdidos en mi archivo mental (si es que a estas alturas queda algo de él), y almacenados en algún rincón de mi polvoriento aposento.
Es verdaderamente deprimente darme cuenta en esta etapa de mi vida. No es muy tarde para una reorganización, pero sí tarde para tratar de recuperar esos benditos años.
Como voy a extrañar esos benditos años en lo que caminaba por el campus universitario sin preocupaciones ni responsabilidades más allá que leer alguna novela no deseada y aburrida o sufrir la tortura intelectual de ser examinada ocasionalmente. La época en que era inocente y vestía mis mejores mahones cortos, una camisilla, sandalias y un buen par de gafas “chic”; el pelo esmorusado, pero con estilo. Ahora otra es la historia. Pocas veces uso mahones cortos, pues ando en pantalones de vestir, chaquetas, tacos y espejuelos; el pelo decente y clásico (cuando está esmorusado no da gusto ver).
Recuerdo que siempre tenía tiempo para ir al mall, planificar idas a la playa en la semana y estar vegetando con mis panas vegetales todo el día. Eran buenos días. Para nuestra gracia o desgracia, todos los vegetales hemos sido devorados por el ámbito laboral. Ya no son tan buenos los días. Son días de mucho trabajo, preocupación, responsabilidad, cansancio, esclavitud… Y cuando logramos coincidir, unánimemente, y hasta armoniosamente, cantamos “¡Ay! que cansado/a estoy. Necesito unas vacaciones ‘rush’”.
Tanto que deseé llegar al año de graduación y cuanto deseo ahora jamás haber deseado eso. Quisiera que durara un poco más. Y no me refiero precisamente a estudiar si no a esos primeros dos años en los que, como abeja en el panal, absorbía las ricas enseñanzas de la experiencia universitaria.
Eahhh nilmy eso mismo pensaba yo cuando llegue a mi primer dia de practica, ese primer año que no atendia a las clases por estar vacilado, me vino a tormentar en mis primeros dias de la practica, cosas basicas que se sopone que sepas se me quedaron en el 2006 y cada ves que me preguntaban algo me quedaba con la cara e "AHHH", "como" jajaja o si no lo consultaba con nuestro amigo Google. Estoy de acuerdo contigo voy a extrañar esos dias, pero ya estoy loko por saliiiiiir :-)
ResponderEliminarJa! No eres el único. Poco recuerdo de lo aprendí en esos primeros años. Y que rápido se fueron...
ResponderEliminarEl sentido de responsabilidad y madures a veces llega tarde. Por ello hay que disfrutar el momento presente y hacer lo mejor de el para poder recordarlo, más no extrañarlo porque ya estaremos en un futuro mejor.
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