Cuando quiero algo... ¡Ay Dios! Lo quiero ahora. Y estoy jorobando con lo mismo hasta que lo tengo. Es una cosa bien fuerte. Pensé que nadie se daba cuenta de esa particularidad hasta que un amigo me confirmó lo contrario.
“¿Sabes lo mejor que he visto en ti? Que cuando quieres algo estás dale q dale, dale q dale. Jajaja”, dijo mi amigo.
Anda pal cara’. Al parecer soy bastante obvia. ¡No puede ser! Sólo repito que lo ansío varias veces al día, quizás varias veces en la semana y hasta quien sabe si varias veces al mes. No es para tanto. Total, 30 días escuchando el mismo sonsonete no mata a nadie porque del 31 no pasa. Si ha pasado un mes y aún no he obtenido eso que anhelo, pues ya no lo quiero. Así de sencillo. Bueno, no siempre.
Pero… ¿Y eso, es bueno?, le pregunté.
“Bueno a veces puede cansar, pero eso es importante; es perseverancia. Para lograr algo tienes q VIVĺRTELO”.
Buena contestación amigo mío.
Si de algo estoy segura es de que nadie se lo VIVE más que yo. Al menos, en mi “país inventado” (como dijo mi jefa hoy haciendo referencia a un libro de Isabel Allende que lleva el mismo nombre), así es porque es mi país y mando yo. Para que tengan una idea, soy de las que me creo la película a tal extremo que puedo estar todo un septenario hablando de lo que pasó, lo que fue, lo que no fue y comparándolo con la realidad. Muchas veces me tienen que dar un jalón de oreja y recordarme que lo que vi fue ficción y que los actores ya están haciendo otras películas; que es hora de que despierte del trance. En fin, me voy en una travesía que sólo yo y los que padecen de mi enfermedad (imaginación imaginaria) entendemos. Aclaro que todos estos viajes son “drug-free”; son innatos, connaturales y sin necesidad de fumar la yerba esa que supuestamente es medicinal. Tengo la dicha de escaparme de este mundo, mundísimo, mundial por mí misma, sin forzarlo. Y no tienen ni idea a los planetas que puedo llegar. Es simplemente maravilloso. Los otros días viajé a Asgard a ver si me encontraba con Thor, pero no tuve suerte. Dicha es una cosa, suerte es otra.
¿Que si me lo vivo? Juzgue usted.
La realidad es que todos se deben contagiar con un poco de esa loquera y perseverancia que al parecer a mi me sobra. Son tantas las personas que se han rendido, que han parado de soñar. ¿No se dan cuenta que su única limitación tiene nombre y apellido? Ellos mismos se están ahogando en un vaso vacío. Ponte la meta, lucha por ella y si luego de luchar no se puede, sigue pa’ lante. En un tiempo tendrás otro motivo por el que luchar. Pero no te sientes cómodo en el sofá que el cojín pierde firmeza, se dobla y te da dolor de espalda.
Puede parecer estúpido, pero emocionarnos por alguna cosa, por más insignificante que parezca, puede darnos un nuevo brillo. Y a los demás no le tiene que gustar. Que ellos se preocupen por su propia felicidad. ¿Qué estoy emocionada porque viene la loca de Britney a Puerto Rico? Eso es problema mío. Algún buen recuerdo me traerá… Lo más seguro tú fuiste a ver al charro de Omega “El disque fuerte” y a mí no se me marchitó un pétalo o quizás vas a ver a Bruno Mars… Cada cual con su cuento. Pero lo cierto es que el cuento de cada cual (como todo cuento de hadas) debe tener algo similar: un final feliz o al menos una aclaración en el capítulo final que lea “Lo intenté. No me rendí”.
Al menos estoy motivada por algo, en comparación con otros que no le huelen ni las azucenas. Y no me vengan a hablar ahora de que buena cosa me motiva, Britney una drogadicta… blah blah… porque voy a bailar y a escuchar su música no a que me dé una charla de drogas ni me cuente de su vida. De eso me entero por los paparazzi. Voy a recordar mis travesuras de escuela intermedia al son de “oops I did it again” y a viajar en el tiempo a esos años que nunca volverán. Busca algo que te motive y haz lo mismo.
¡Ah! Y persevera que quizás se acaba el mundo en Octubre -según el viejo ese que no pega una- por si acaso esta vez sí la pega. "I will keep on dancing till the world ends"... :)