lunes, 14 de noviembre de 2011

La autenticidad extinta

Ya estoy cansada de tener que amoldarme a los estereotipos. Me parece absurdo. Nacimos para brillar por criterio propio, somos diferentes y por ningún motivo debemos parecernos. ¿Acaso estamos volviendo al uso y costumbre de Hitler? Suficiente tengo con el botox y todas las cirugías habidas y por haber que tratan de embellecer el templo femenino (y digo tratan porque a la larga la persona que se encariña con estas prácticas termina siendo un monstruo. ¡Guacala!), como para que ahora me digan que si quiero cambiarme el color de mis ojos hay una cirugía para eso. Pero Dios mío, ¿me estás jodiendo? Pronto tendremos la capacidad de decidir, formar y procrear a nuestros hijos a imagen y semejanza de lo que la sociedad reconoce como bello y no como era en un principio, a imagen y semejanza de Dios. ¡Qué fuerte! 

Por otra parte, no sé cuál es el miedo de las mujeres a arrugarse y ponerse viejas. Envejecer es un proceso TOTALMENTE correcto. No hay nada más lindo que ver a una mujer madura bien arreglada, orgullosa de los años que ha podido vivir. En lo personal, me encanta arreglarme y darme cariño y ver como el cuerpo va reflejando mi paso por la vida… como hoy me veo más mujer que ayer…como mis facciones van cambiando y como voy adoptando tendencias distintas según mis intereses y experiencias adquiridas. ¿Cuál es la necesidad de someterme al bisturí a los 50 años para verme más joven que mi hija de 15? ¿A quién quiero engañar? ¿Porqué no exaltar la belleza de cada cual lo más posible, pero de forma natural? Tampoco tengo la necesidad de cambiarme el color de ojos para parecerme a Megan Fox. ¡Jamás seré Megan Fox! Quizás atraiga miradas, pero si soy infeliz ahora un par de ojos nuevos y unas cuentas miradas extras no me harán más afortunada. Mi carisma, personalidad y forma de ver la vida será lo que cautive. Podré cambiarme el cuerpo de arriba abajo y convertirme en “eye candy”, pero  lo que soy en esencia ninguna cirugía lo puede cambiar. ¿Te quieres ver bien? Come saludable y haz ejercicios, píntate las uñas, cuida tu cabello, compra cremas para el cuerpo, maquíllate… eso no es ninguna ciencia. ¡Tan rico y divertido que es maquillarse! Emula mejor a las mujeres de los siglos pasados que se mantenían siempre hermosas sin recurrir al quirófano, pues para ese tiempo eso ni existía. El que te hagas las nalgas o te quites de aquí para añadirle allá, simplemente por estética (no porque sea consecuencia de una condición que amenaza tu vida y no tienes remedio), no asegurará que las personas que amas permanezcan a tu lado. Siempre habrá alguna chica que ante los ojos de los demás se verá mejor que tú, es inevitable.
Sé lo mejor que puedas ser, resalta las cosas bellas que hay en ti, arréglate para ti, y siéntete bien con misma y verás que todo en tu vida será diferente.